Este año que ya está por terminar ha sido peculiar, distinto a los demás, yo lo he vivido (y también varias personas que me rodean) como una año complicado, duro, por momentos sin salida, distinto, en resumen ha estado cabrón. Es un año en el que varias cosas han dejado de ser en mi vida, algunos procesos han terminado, y he tenido la tarea de buscar cómo acomodarme a estas circunstancias, no de sustituir las antiguas sino de descubrir y buscar, de inventar, de darme cuenta de esta situación, de resolverlos solo, creo que eso es madurar, no sé si lo he hecho con mucho éxito, pero por lo menos he sentido como partes de mí se han estirado, más bien, han crecido, como una muela del juicio, que empuja y desgarra la carne para poder salir.
Tomando en cuenta lo anterior me cuesta descifrar quien soy en este momento, no porque haya dejado de ser lo que he sido durante la mayor parte de mi vida (sería tonto pensar eso, evidentemente cuento con características, gustos y preferencias definidos) sino porque me encuentro en medio de varias circunstancias, lo que he sido, lo que quiero ser, y lo que voy siendo.
Creo que uno dice mucho de sí cuando escribe, así que los que no nos conocemos lo iremos haciendo con las letras.
Pues así me despido no sin antes decir algunos datos breves, me llamo Alejandro aunque todo el mundo me dice Tapia, tengo 23 años, cuando era niño pensaba que los semáforos eran operados por unos enanos que vivían debajo de ellos y tenía como 3 meses que no escribía mas de un párrafo por gusto,
Saludos.
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