Al parque rojo, no permitiría agresión de tal magnitud, llevo mi lacrimógeno y mil setecientos en mi zapato izquierdo; así él tampoco sabía qué esperar.
Ya te vi pendejo, sólo, con tu cuerpo delgado y tu cara de niña, no eres un gran problema.
…(Dolor intenso en la nuca)
Tengo los ojos vendados, frío en manos y en mis pies desnudos, Baby Boomer, y no siento más que mi mareo.
- ¿Cuánto tiempo tenemos?
En movimiento; ella, él y un hombre grande a mi lado con su respiración pesada y su aliento fétido, sus miradas encima.
sábado, 21 de noviembre de 2009
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