martes, 19 de mayo de 2009

Un poco de mí.

He pensado desde hace tiempo que las personitas tenemos la necesidad de sentirnos en control de objetos y situaciones, nos agrada pensarnos invulnerables a lo imprevisto y conocedores de todo elemento del entorno, la ingenuidad no es una opción para la vida diaria.
Ante la pregunta "¿Quién eres?" todos tenemos la misma reacción automática, dar nuestro nombre. Supongo que al ser una pregunta tan frecuente y, ciertamente compleja, todos llegamos al punto en que aceptamos tal contestación a pesar de que no sea la más precisa, como si fuese un acuerdo social implícito. A veces un nombre basta para sentirnos en control del objeto en turno y entonces yo puedo decir: "Mi nombre es Andrés Augusto Klingberg Orozco" en otras ocasiones un símbolo gráfico/oral no satisface lo suficiente y entonces es necesario describir un poco.
Me gustaría en este momento hacer una descripción sobre mí, pero, tomando en cuenta que somos por y para los demás, en proceso comparativo, lo hallo intrascendente.

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