Hay pesadillas... y pesadillas.

Yo soy un hombre occidental, y ustedes, quienes me leen ahora mismo, lo son también.
No piensen en refutar mis palabras... ¿acaso nacieron en la India o Bangladesh y han estado ahí la mayor parte de su vida? no lo creo... a menos claro que los otros administradores hayan estado invitando a nuevos contribuyentes recientemente.
Los hombres occidentales compartimos una manera particular de ver las cosas, andamos por ahí midiéndolo todo, clasificando y dividiendo, por ejemplo: las pesadillas.
A veces tenemos sueños donde hay vampiros persiguiéndonos, nos asaltan o nuestras esposas nos son infieles con camioneros y guerreros de tribus africanas, pesadillas que entran en la categoría de "soportables y ligeras" al menos a compración de la que les narraré a continuación.

Me hallaba situado frente a mi computadora dispuesto a disfrutar de los bienes cibernéticos como todos los días, abrí el mensajero instantáneo y... TODOS USABAN NICKNAMES LARGOS QUE HABLABAN DE AMOR Y FIESTAS. Ah, no, eso está pasando ahora mismo, bueno, vayamos a mi pesadilla de nuevo:

Presioné el botón de encendido en la pc, prendí un cigarrillo y la rutina virtual parecía marchar como si nada... hasta que evité acceder al messenger y abrí directamente mi explorador de internet, mis manos rápidamente teclearon www.montanacore.blogspot.com y el maravilloso blog apareció en el monitor permitiéndome leer un texto bastante largo de Roy, una historia romántica de Tania y... ¿qué carajos es esto? ¿Jaime está consumiendo drogas extrañas? un escrito atípico se manifestó ante mis ojos confundiéndome en demasía y asustándome de forma creciente, en él podía leer frases como "Los chicos hoy en día se entregan a satán en orgías caóticas que hablan de una sociedad en decadencia" ó "debemos recuperar el valor del matrimonio en las nuevas generaciones, permitir que nuestros hijos tengan noviazgos siendo sólo adolescentes provocará la ruina de la familia como institución" desesperado paré de leer menuda verborrea y me dirigí inmediatamente al nombre del contribuyente responsable de tan peligrosas palabras, nombre que resultó ser "Carlos Cuauhtemoc Sánchez" ocupé algunos instantes en recuperar la respiración y miré la lista de miembros buscando, esperanzado, indicios de que lo anterior había sido un delirio, sin embargo lo único que encontré fue que en dicha lista CCS ocupaba ahora mi lugar.
Por misericordia de todos los Dioses habidos y por haber desperté sudoroso y agitado, afortunadamente todo estaba en orden, Gustavo dormía desnudo a mi lado y la computadora estaba sobre su abdomen descubierto, la tomé para asegurarme de que sólo había tenido un pésimo sueño y me decidí a compartirlo con ustedes, mis hermanos.