martes, 2 de junio de 2009

Trucos

A diferencia de mucha gente, a mí no me da por comer cuando estoy triste. Desde que era niño prefería jugar a ir a comer, y llegada la hora de la comida, me costaba trabajo comerme todo. Recuerdo que la comida que ya no quería la regaba por el plato para aparentar que eran restos que no podían comerse ya. También me acuerdo que fingía limpiarme la boca con una servilleta cuando en realidad depositaba en ella un trozo masticado de comida.
Mi mamá (como pueden pensarlo tras mis confesiones acerca de mis trucos) cocina bastante bien y muy variado. Creo que yo por naturaleza como poco.
Cuando estoy en algún restaurant y tengo que comer la entrada, guarnición, plato fuerte y hasta postre, mi panzita termina como los cachetes de un hamster cuando resguarda su comida en ellos.
Disfruto mucho de la comida, pero debido a que últimamente tengo que mantenerme ligero y moverme rápido (soy soldado en Irak), se ha vuelto sólo un aspecto funcional, no para disfrutar.
Espero que Javi nos prepare algo rico en su casa (ni estoy invitado, ea).

4 comentarios:

  1. Siéntete libre de llamarme "Papá Augus".
    Si estás invitado man, ¿o no escribes en Montanablog? alvvv el rollo es que todavía no nos ponemos de acuerdo, pero puede que la sede de la reunión sea León.
    Saludos travieso.

    ResponderEliminar
  2. Yo también regaba la comida en el plato para no comer más. hahaha

    ResponderEliminar
  3. ... yo se la daba a "Filemon" (Mi perro...) jajajajajaja

    ResponderEliminar