martes, 18 de agosto de 2009

La petite fille de la mer

No es que realmente crea en ese tipo de cosas, o al menos no creo que sean irrefutables, ni perfector, ni que lleven la palabra del destino consigo... pero en un test de orientación vocacional, me salió que lo más congruente con mis aptitudes y gustos sería que estudiase letras. Y son días como este en que me dan ganas de escribir, y me acuerdo de aquél test. Y lo que encendió estas ganas fue una canción que hace demasiado tiempo no escuchaba, pero reconocí inmediatamente.

¿Cómo pueden ciertos sonidos quedarse tan grabados en nuestro cerebro, y tan conectados con nuestras emociones, durante tanto tiempo? ¿Y hacer sentir una tristeza tan profunda?

Cuando terminé el kinder, a los 5 años, la escuela contraró a una empresilla para que nos hicieran un video, filmándonos en la vida cotidiana del preescolar... La música del final, una canción de Vangelis, "La petite fille de la mer", que muy al azar escogió el editor del video, dejó en mi cabeza una huella permamente. Recuerdo perfectamente todo lo que sentía al escuchar esa canción. Era el final del video, me ponía muy triste, y ahora lo siento, y talvez en ese entonces también, como si fuera el final de todo, de mi vida... ¿Es la canción en sí misma la que provoca esta sensación?, ¿o es mi mente que conecta la canción con el final del video, el final de una etapa, etc, pero más allá de eso, un final? ¡¿Por qué alguien escogería una canción tan triste para el final de un video de niños de kinder?! No es como que estén a punto de morir, al contrario, están creciendo, continuando con sus vidas, y nadie va a extrañar aquélla etapa en que nos meábamos en la cama...

Y esta canción, que cambia mi día al estatus de "días como este", en mis oídos, sólo puede ser una canción terrible y profundamente triste. Sólo puede sentirse como un desgarre total; como si alguien metiera su mano en el cuerpo de uno y le arrancara todo lo que hay dentro.

Me pregunto si a los ojos de los demás resulta igual de triste


2 comentarios:

  1. Me recordaste una situación similar: existe una película que vi cuando tenía como siete años, no recuerdo el nombre pero igual alguien de acá pueda saber cual es. En la película un sujeto extraterrestre sin rostro (literalmente sin rostro, es decir, donde correspondería ir una boca, una nariz y un par de ojos hay un espacio blanco) que tiene la habilidad de convertirse en la persona que él desee.
    En fin, se convierte en varias personas y una de estas es una mujer bastante linda. Después de ser esa mujer se convierte en un obeso trailero. Casi lloro cada vez que recuerdo eso.
    Yo también acabé el kinder a los 5! :)

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  2. No hay nada más chido que la iniciativa personal motivada por un auténtico interés. Chida tu participación

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