martes, 14 de julio de 2009

No sé escribir


Y es raro cómo el destino me ha jugado una mala partida y la vida maquina trampas y obstáculos con mi nombre sobre ellos.

Te sabía existente aún sin haberte conocido; las señales apuntaban hacia ti y sin embargo, no veía tu rostro. Pero me sabía tu sonrisa y tus miradas, y casi como adivinando podía darme cuenta que me harías feliz algún día, cuando por fin te conociera.
El momento entonces ocurrió con sobresaltos, con lágrimas y carreteras accidentadas. Creo que fui yo la que miró primero; volteaste sin darte cuenta y de repente me sentí muy atraída por el contraste del suelo con mi zapato. Dudo que hayas notado mi presencia, sin embargo… yo sí me percaté de la tuya; algo extraño teniendo yo gustos tan raros.

Recuerdo tu cabello, creo que llamaba mucho la atención y fue por eso que decidí verte; no vayas a creer que causaste gran impacto en mi malgastada persona. Pero estabas allí, con esa cara preocupada que seguramente lucía un millón de veces mejor que la mía cansada y triste.

Entonces supe que no era cosa de alguna casualidad… porque...
Quizás si ese día hubiera estado nublado ellos no habrían querido salir a dar una vuelta, quizás el coche que iba detrás no se habría creído un Ferrari y no hubiera ocasionado el accidente, quizás si yo no hubiera pensado que todo era algo sin mayor importancia, que pronto ellos despertarían del sopor, quizás... quizás... no hubieras acudido al mismo maldito hospital y quizás, solo quizás jamás hubieran chocado nuestras caras.
Maldita naturaleza.

2 comentarios:

  1. Las "casualidades" están determinadas por fuerzas "naturales", sin duda...

    ResponderEliminar
  2. Casualidad habernos encontrado. Uno de mis temas favoritos en la vida

    ResponderEliminar