Como me decía Augusto el otro día: "yo no soy mexicano, esa es una etiqueta cultural que no me corresponde" eaa, o Arturo: "cuantas menos razones tiene un hombre para enorgullecerse de sí mismo, más suele enorgullecerse de pertenecer a una nación".
No le tengo ningún afecto a mi ciudad natal, no precisamente por alguno de esos motivos.
Casi nunca voy ahí entusiasmado: las calles están destruidas y los días huelen mal. El transporte público es deplorable y ni siquiera hay buenos lugares a donde se pueda asistir.
No es casualidad que una ciudad así pueda dar a luz tan diversa y peculiar fauna.
No conservo recuerdos especiales de ahí, no me sé los nombres de las calles y resulta que la única invención culinaria de ese lugar probablemente se haya inventado en michoacán.
Los salmantinos miran siempre hacia afuera (y no especialmente hacia arriba).
Yo nací en Salamanca, Guanajuato,
un lugar totalmente al azar.
Un lugar totalmente al azar es sin duda una manera apropiada de describir a Salamanca.
ResponderEliminarSalamanca sigue siendo un gran misterio para mí. Never been there
ResponderEliminarMúdense al defectuoso y armamos un depa, acá hay mucho que hacer
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